En el valle del silencio, a unos quince kilómetros de Ponferrada encontramos Santiago de Peñalba, uno de los monumentos mozárabes más importantes del país.
La comarca Berciana se encuentra al Noroeste de la provincia de
León, lindando con las hermosísimas montañas gallegas, es sin duda alguna, una
de las regiones más bellas del
territorio Español.
Entorno
al año 409 d.C. esta región se encontraba ocupada por los Suevos,quienes se mantendrán en la zona hasta
el año 585 cuando serán derrotados por Leovigildo. Es en este momento cuando los territorios pasaran a ser dominados por los visigodos.
Lo que más nos interesa de
este periodo, en este caso, es la
creación del ducatus de Asturias,en el siglo VII dentro de la provincia de Gallaecia. Las
provincias estarían subdivididas en
territorios donde el Bargindensis Territoriel correspondería aproximadamente con el actual territorio berciano.
En
el año 711 d.C. los musulmanes se hicieron con gran parte de los territorios antes ocupados por los visigodos. No será hasta los años 718 y 722 d.C., tras la derrota de las tropas musulmanas en Covadonga, cuando comience la reconquista del territorio a partir del Reino de Asturias.
El
territorio del Bierzo no jugará un papel muy importante durante los
reinados de Alfonso II (791-842) y de Ramiro I (842-850) a pesar de que durante el
reinado de este último, se reconquista el territorio berciano que quedará en estos momentos, integrado en el Reino de Asturias.
A
partir del reinado de Alfonso III (866-910) se permite la configuración de
poblaciones en la zona del Bierzo comenzando así a florecer gran cantidad de
monasterios como era habitual en los terrenos reconquistados debido al gran
afán de cristianización en los mismos.
En este contexto,van a surgir monumentos en los que convergen diferentes corrientes artísticas
desde la visigoda hasta la mozárabe.
El monasterio de San
Pedro de Montes fue sin duda, el más importante de la época. Sin embargo, la actividad en esta
zona no se limito solo a Montes y al
eremitorio de la santa Cruz. Muy cerca de estas construcciones encontramos
Santiago de Peñalba, otra fundación de San Genadio, cenobita berciano formado
en el Monasterio de Ageo que en el año 892
decide restaurar el Monasterio de Montes donde entra en contacto con San Fructuoso y San Valerio.
Jacques
Fontaine en su libro dedicado al arte mozárabe, recoge
una cita del mismo Genadio: “fundé algo más apartado y en recuerdo de
Santiago, un tercer monasterio llamado Pennalba”
Por
esta cita podemos suponer que fue la cercanía al Camino de Santiago, apenas
quince kilómetros, lo que dio nombre a esta iglesia. También se observa la
intención de San Genadio de buscar un lugar más apartado, tranquilo. Aun así,
durante su estancia en el monasterio, frecuentemente se retiraba a una cueva
tranquila rodeado de magníficos paisajes, acompañado unicamente por el sonido del
rio libre y sus oraciones. Hoy aun se puede acceder a la cueva siendo una
experiencia muy agradable a tan solo un par de
kilómetros del pueblo.
La iglesia
de Peñalba de Santiago es el único vestigio que queda del antiguo monasterio fundado por
San Genadio entre las años 909-916, al
que se retiró cuando renunció al obispado de Astorga. La iglesia fue construida
por su sucesor, el Abad Salomón en el año 937, para albergar los restos de San
Genadio.
Restaurada
inicialmente por L. Menéndez Pidal en 1942 y 1949, actuación en la que se
sustituyó el tejado y se exploraron las pinturas. Se realizó una nueva campaña
en 1968 cuando se eliminan añadidos posteriores. Más tarde se efectuó la
primera fase de restauración de sus pinturas murales entre septiembre de 2002 y
abril de 2004.
La iglesia tiene una curiosa planta basilical, que deriva de la tradición basilical antigua que se mantuvo en el África paleocristiana. Es de nave única, con ábside rectangular al
exterior y forma de arco de herradura al
interior, lleva adosadas dos sacristías que generan un falso transepto, una de
las partes más destacadas del edificio es el contraábside de forma rectangular al exterior cuya funcion es funeraria. Aquí se depositaron los restos
de San Genadio junto con los de Urbano
su inmediato sucesor.Sin embargo,los restos de San Genadio fueron trasladados
en el siglo XV por orden de la Duquesa de Alba a Villafranca del Bierzo. Actualmente se encuentran en Valladolid.
El juego de alturas en cada una de
las partes también es un aspecto muy interesante de esta obra. Así, el ábside, contraábside y las
sacristías a modo de pseudo-transepto son de la misma altura. La nave
central aparece dividida en dos tramos
de alturas diferentes, la zona que se
encuentra entre las sacristías, es más alta que la del segundo tramo de la nave
central que a su vez es más alto que ábside, contraábside y sacristías.
Ya en el interior, la nave
central está divida en dos por un gran arco de herradura sustentado por
columnas con capiteles de orden corintio, el acceso a las sacristías se realiza
a través de dos pequeños arcos de herradura simples. Un gran arco triunfal da acceso al ábside del altar
mayor enmarcado con moldura y alfiz mientras que el del lado de los pies u
occidental carece de estos.
En total aparecen ocho arcos de
herradura muy sobrepasados que responden a las normas de proporción que se
utilizan en la Córdoba califal del siglo X. Aparecen también nueve columnas de estilo mozárabe-leones con basas áticas,
fuste de mármol y capiteles corintios con ábaco escalonado. El suelo de la
iglesia es de grandes losas de pizarra.
En cuanto a las cubiertas, las
capillas del ábside y contraábside están cubiertas por bóvedas gallonadas de
siete cascos de gran calidad, en las sacristías y la zona más baja de la nave
central, aparecen bóvedas de medio cañón longitudinales mientras que en la zona
más alta de la nave central observamos una bóveda gallonada de ocho cascos que
se apoya sin el uso de trompas o pechinas en cuatro arcos formeros. Estos arcos
rematan en sus cuatro esquinas sobre ménsulas escalonadas en forma de pirámide
invertida, obteniendo así una bóveda muy solida.
Al exterior nos encontramos una
obra ciertamente austera, con techumbre de pizarra y modillones con molduras que sustentan un
alero muy pronunciado. Destacan los potentes contrafuertes en la nave y sacristías que soportan el peso del edificio redireccionándolo
al suelo.
En el costado sur del edificio
encontramos el acceso principal al templo. Se trata de una de las puertas más
interesantes de todo el arte mozárabe, J.Fontaine se refiere a ella como “la más perfecta
en su género, de todo el arte mozárabe (…) tiene carácter propio”.
Se trata de una bellísima puerta
de doble arco de herradura cuyas dovelas muestran una exquisita y perfecta
talla, sustentados por columnas realizadas con material marmóreo autóctono ,
basas áticas , capiteles de tipo corintio y ábacos escalonados. Todo ello se
encuentra enmarcado por un alfiz de triple moldura que también aparece en
el extradós de los arcos.
Es necesario destacar que esta
puerta no tiene función sustentante, sobre ella aparece otro arco de herradura
de gran desarrollo más tosco y menos cuidado que los anteriores pero que es el
que soporta realmente el empuje del muro. Así el pórtico se convierte en un
elemento con funciones de acceso y decorativas.
Existe otro acceso por el lado
norte donde también aparece un arco de herradura simple sobre jambas. Es
necesario mencionar que en una de esas jambas aparen una serie de escrituras
realizadas a base de incisiones que relatan un
antiguo poema dedicado a San Genadio.
También conserva restos de policromía
de la época que originalmente cubriría
todo el templo bajo una capa de cal. Es excepcionalmente rara en esta zona de
la Península, la temática encontrada en
la bóveda de la nave central que finge ladrillos y dóblelas. También aparecen
motivos vegetales y geométricos.
Me parece necesario mencionar,
ya que es motivo de nuevas investigaciones por parte de La Fundación del
Patrimonio Histórico, una serie de incisiones o grafitos que se descubrieron
hace escasos años en los muros internos de Peñalba. Cuando fueron descubiertas,
el párroco que era quien enseñaba y explicaba la iglesia en aquel momento, se aventuraba a decir que así era como los
monjes llevaban la cuenta de los días que iban pasando. Recientemente, nuevas
investigaciones han demostrado que algunas de
ellas son de carácter monumental, hechas para dar a conocer un acto o una
ceremonia conmemorativa. Aparecen también calaveras, animales… que plantean una
serie de dudas respecto a su significado que esperemos sean esclarecidas cuando
se publiquen los resultados finales de las investigaciones que continúan aun en
la actualidad.
La iglesia es de dimensiones
reducidas teniendo aproximadamente dieciocho metros de largo por cinco metros
de ancho, pero es muy equilibrada y elegante, ha recibido a lo largo de la
historia elogios como el que recoge Jacques Fontaine del anticuario Sandoval, monje benedictino del siglo XVII que dice, “entre sus antigüedades es la cosa más
curiosa y digna de ser vista en España”
La iglesia fue declarada Monumento
Nacional en junio de 1931 y en 1976 todo el conjunto de Peñalba de Santiago fue
declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Etnológico.
Disculpad por la extensión de esta entrada, en el futuro serán más reducidas para hacerlas menos pesadas.
Si queréis más información o tenéis alguna duda avisadme.
¡Gracias por la visita!
Jo! yo quiero volver a Peñalba contigo, me da la sensación de que jamás he visto...que he estado ciega....que no he estado en el mismo sitio...bueno que quiero ver todo eso que cuentas.
ResponderEliminar¿cuando quedamos?
me encanta este blog